3 de enero de 2012

PARÓ LA BICICLETA DE NICOLÁS FERRARO

Por Sergio Gaytán M.

Ayer falleció en la ciudad de Santiago a la edad de 91 años.

Se inicia el año con una pérdida irreparable, puesto que fallece uno de nuestros últimos baluartes de la vieja y tradicional literatura nortina, el escritor nacido en la hoy ya mítica Pampa Unión: Nicolás Ferraro Panadés. Poeta, cuentista, profesor, Ferraro mantuvo en alto los valores del otrora frente de escritores nortinos, aquellos que en su tiempo agrupó y organizó Mario Bahamonde, el del liceo que hoy lleva su nombre y que en su tiempo tuvo a “Colacho” no sólo entre sus alumnos, sino también como otro de sus dirigentes estudiantiles. 
 
Al grupo de memoristas, entre ellos, Camila Rivera Robertson, confesó: “Sí, nací en Pampa Unión. Mi hermano también. Los tres hermanos nacimos en Pampa Unión. Nos volvimos a Antofagasta cuando las salitreras cerraron y coincidió con lo que teníamos nosotros de proyectos para trasladarnos a Antofagasta por la educación. Estudié en una escuela municipal y en una escuela primaria que pertenecía a unas señoras que les llamaban Las Puras. Eran unas viejitas y una se llamaba Purísima”. “Pampa Unión fue una época muy linda para mí. Allí tuve mi primera bicicleta que le compraron mis papás a unos españoles que se vinieron de España y que la mujer nunca se acostumbró a este clima, porque ella venía de un lugar de mucha vegetación. Pusieron en venta todo para volverse a España. Entre eso estaba esa bicicleta, que tenía unas cintas de todos los colores”.
 
Eso queda en el recuerdo de una última entrevista a nuestro escritor.
 
A continuación la entrevista a Nicolás Ferraro Panadés
Por Camila Rivera Robertson

Don Nicolás, ¿tiene usted recuerdos de Pampa Unión?

Pero por supuesto. Algunas cosas que yo cuento son vivencias cuando yo era niño chico.
Jugábamos fútbol frente a la farmacia. Había dos líneas paralelas del ferrocarril Antofagasta a Bolivia. Enseguida estaba la calle correspondiente a ese camino, que era la circulación del pueblo.
Jugábamos a las bolitas, el run-run que se jugaba con pita y se afilaba todo el contorno y jugábamos a cortárnoslo. Y en la noche cuando se cortaban salían volando a la nariz del contrincante. Era peligroso. Pero uno nunca se daba cuenta del asunto que eran peligrosos, como a mí nunca me cortaron la nariz, nunca tampoco me preocupó de que fuera peligroso. A lo otro que jugábamos era a las peleas de puñetes. Cuando salíamos de clases íbamos a una cancha de fútbol que había y ahí nos agarrábamos y con espectadores. Porque los taxis del paradero se paraban ahí cerca. Y gozaban viendo como peleábamos los niños.

¿Cómo era el mundo escolar en Pampa Unión?

Mire era bien complicado el sistema, porque había una escuela privada, particular digamos. Entonces uno de los hombres del pueblo tenía muchas hijas, hizo dos colegios y ahí se produjo la invasión de la escuela primaria.
Yo estudié en una escuela municipal y en una escuela primaria que pertenecía a unas señoras que les llamaban Las Puras. Las Puras eran unas viejitas y una de ellas se llamaba Purísima, y como se llamaba así le achicaron el nombre y le pusieron Las Puras.

¿Cómo llegó  su familia a Pampa Unión?

Mi papá terminó su educación en el Barros Arana, estudió química y farmacia en Santiago y se volvió a Iquique porque tenía problemas bronquiales y el médico le recomendó que fuera a un clima seco. Y Él en ese tiempo ya se había comprado una farmacia en una de las oficinas de Iquique, y luego se fue a Pampa Unión y ahí instaló su farmacia, por el clima.
Y ahí el abuelo puso la luz eléctrica, fue el primero que puso la luz, el cine, un hotel y fábrica de hielo.
Se instaló con todas sus cosas y ahí se conocieron mi papá y mi mamá. Ella, mis tías, tocaban piano, violín, era una familia muy numerosa la de mi abuelo y ellas empezaron a iniciar unas actividades que les proporcionaran el dinero para hacer un cementerio en Pampa Unión, que no había. Entonces ahí actuaban ellos. Y ahí mi mamá tocó el piano y mi papá se lo celebró y le dio un buen aporte. Ahí se conocieron y después se casaron. Un año habrá sido que pololearon, porque en ese tiempo no se pololeaba tanto.
Mi papá era muy reconocido en Pampa Unión. Era Juez. Era juez en el sentido que el intendente de Antofagasta tenía la jurisdicción del  juzgado local.
No había pobreza en Pampa Unión, ni gente pobre.
Los servicios que daba la botica eran curaciones, se ponían inyecciones y al lado había un dentista, Pedro Ramírez, que a pesar de la diferencia de edad era como una niño. Incluso me enseñó a cantar la Marsellesa para cantarla el día de Francia y en despedida del médico oficial de Pampa Unión, el Dr. Libua del Bosque.
La banda del Litro no tocaba en la plaza. Tocaba por las calles del pueblo. Se anunciaba que la banda municipal desfilaría por las calles interpretando himnos nacionales. Tocaban tres canciones no más. Siempre era lo mismo.
Hubo también prostitución, pero nosotros nos manteníamos un poco al margen. A veces pasábamos por la calle y pegábamos un saltito y veíamos a las prostitutas nada más que en mangas de camisa, y no tenían nada más de la cintura hacia abajo y tenían todo desnudo. Las casas de prostitución eran legales. Era un barrio un poco aparte del resto de Pampa Unión. Creo que habré contado 15 o 20 casas de prostitución en ese tiempo.
Había un club social, donde los fines de semana tocaban música y se bailaba. La filarmónica tocaba ahí, con un piano, un contrabajo.
El agua se abastecía con una cañería que venía de Antofagasta a Chacabuco y que era agua de la cordillera. Tenía buen gusto.
En el pueblo no había radio.  
Pampa Unión fue una época muy linda para mí. Allí tuve mi primera bicicleta una muy linda que le compraron mis papas a unos españoles que se vinieron de España y que la mujer nunca se acostumbró a este clima, porque ella venía de un lugar de mucha vegetación. Entonces pusieron en venta todo para volverse a España. Entre esa estaba esa bicicleta hermosa, que tenía una cintas de todos los colores detrás de las ruedas y era muy lindo el modelo. La tuve hasta los quince años.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pampa Unión ya es tan solo una nebulosa. El sueño de alguien reposa como la última flor marchita en medio de un campo marchito. ¿Dónde estás fertilidad de pueblo, acaso no es digno este humano de la dicha natural antaño, en la antesala de una ciudad? Pienso igual que tú Viento, Polvo, Ruina y Ceniza. Ni la modernidad le aguanta. Soy testigo de que yo también me pierdo. Escúchame a los pies de esta tumba: prefiero irme contigo y volver a soñar.


Un abrazo

Camila Rivera Robertson

Anónimo dijo...

acabo de leer esto!!!!! justo recordándolo, me pasaron "Canto al indio atacameño" Qué más sabe de esto????, lo traerán, quedará allá en Santiago???
KAMILA LOPEZ

Anónimo dijo...

Gracias Sergio, por todo lo que me has hecho llegar, lo estoy compartiendo con mi madre y mi familia. Te cuento que hoy fue el funeral. Nicolás fue sepultado en el Cementerio General, acá en Santiago, junto a la tía, el gran amor de su vida a quien dedicaba gran parte de su obra.
Un abrazo
HECTOR PRIETO FERRARO

Claudio Gutiérrez dijo...

Hoy compramos un libro de 1942. Una Antología de poetas de Antofagasta en que venían poemas de Nicolás Ferraro. Leer su poesía fue todo un hallazgo.
Mi más sincero homenaje.