22 de noviembre de 2011

NO SERAN LOS MISMOS

Análisis del perfil de los futuros electores:

NO SERAN LOS MISMOS

*La suerte parece estar echada y no es cosa de hurgar
mucho. El nuevo escenario político que se avecina
buscará posicionar candidatos con nuevo perfil.

Por Jaime Nelson Alvarado García

   Un diario capitalino da a conocer un estudio que define el perfil de los nuevos electores. Ello ante los avances que ha tenido en el parlamento el proyecto de inscripción automática y voto voluntario. Habla de jóvenes, menores de 35 años; solteros la mayoría; de estratos bajos la mayor cantidad: muchos sin título o sin educación media concluida. La mitad –según encuesta- se autodefinen como independientes. Sólo un diez por ciento de estos nuevos electores están en la Zona Norte de Chile. Lo fuerte se da en la zona central.
    Así las cosas, este nuevo escenario preocupa a los políticos tradicionales. Más bien a aquellos que diciendo ser servidores públicos, usan los escaños del parlamento para su propio peculio. La situación preocupa especialmente a aquellos políticos que son accionistas, propietarios, miembros de algún directorio de empresas o tienen sus propios negocios. Porque el devenir –para aquellos- presenta un panorama poco alentador, por no decir de incierto futuro.
   El movimiento estudiantil, por un lado y la ley de transparencia por otro, han abierto puertas que se hallaban celosamente cerradas. Hoy la ciudadanía sabe quiénes son los dueños de las universidades, que están ocupando un sillón en el parlamento. Conocen quienes son accionistas o propietarios de tal o cual empresa y están también allí, legislando a su medida… O a la medida de su conveniencia. Para proteger, cautelar o incrementar sus bienes, amparados por leyes “a la medida”.
   Verbigracia: la renuncia del ministro Lavín. Copropietario de una inmobiliaria que –bajo una situación jurídica “muy especial”- se disfrazaba de tal,
aunque en el fondo era la propietaria misma de una universidad privada. Mal podía Lavín –desde su gabinete de Ministro de Educación- entrar en la discusión contra el lucro en la educación superior, si el mismo lucraba con su pingüe negocio…
    Su suerte estaba echada.
    Pero como Lavín –que es también propietario de una red de packing de frutas- hay otros tantos. Y estos electores jóvenes, que entran al escenario y definirán elecciones con su sufragio, saben ahora quiénes son los actores de esta obra de teatro… Y saben que no pueden permitirse el error de “elegir a los mismos, para seguir viviendo lo mismo”. La opción de un cambio profundo, trascendente y necesario, aparece en el horizonte de los próximos comicios.
    Así, se reconoce la preocupación de los partidos políticos, que se han dado la tarea de definir estrategias, proponer, planificar y decidir de qué manera lucharán por atraer y convencer a estos nuevos electores, que –en buenas cuentas- son los que definirán el mapa político nacional, comenzando por las próximas elecciones comunales, que aparecen muy cercanas.
   Solo se da por descartado que ni los electores son los mismos… Ni los elegidos serán los mismos. Ello porque nuestra sociedad –hastiada de una política infructuosa- reconoce los escasos avances obtenidos desde el retorno de la democracia. La salud, la educación y la vivienda, que antes fueron deberes del estado, hoy son un negocio donde impera el lucro y los abusos “legalizados”. Y todo parece indicar que la justicia entra también en el ámbito del negocio. O a lo menos del descrédito. Las cifras son innegables, indiscutibles, inequívocas… Y aunque se reconozca la autonomía de la justicia como poder del Estado, la preocupación del Ministro Hinzpeter, es –sin lugar a dudas- la preocupación de diecisiete millones de chilenos.
     Por eso se afirma que con electores nuevos, jóvenes, con una nueva visión, sin compromisos ni amarras, los elegidos serán otros. Se privilegiará a aquellos que podríamos calificar como “impolutos”. Que, aunque ligados necesariamente a partidos políticos por esto del sistema binominal,  se pueda depositar la confianza para hallar las soluciones que Chile ha esperado por más de veinte años.
    Ni unos ni otros…
    Con nuevos electores, los elegidos no serán los mismos. La sociedad les ha dicho “basta” y deberán dejar su lugar a quienes verdaderamente deseen servir a Chile y no “a servirse de Chile”, como ha ocurrido hasta ahora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y quieren que votemos por los mismos huevones de siempre. Viva la savia nueva....


René Farias