De las victorias al “Ferrocarril de Sangre” hubo una transición en que los caballos, machos o mulas, siguieron como fieles bestias de tiro. Las primeras tenían recorridos libres… Los otros iban por rieles. Fueron los primeros medios de transporte colectivo de nuestra ciudad. Había –empero- carreteros que ganaban “canchos” llevando gente. Y el vehículo particular era un caballo. De las bicicletas, todavía no había señales o eran escasas.
Hasta que aparecieron los vehículos motorizados, que la comunidad antofagastina conoció como “góndolas” y que comenzaron a cubrir diversos recorridos, habilitando con ellos, las primeras poblaciones de la ciudad. Recordados en la década del 50 eran “Lautaro por Iquique”, que llegaba hasta el entonces Club Hípico y los Baños Municipales, “Caracoles-Prat-Hospital”, que llegaba desde la población Oriente a la Favorecedora y uno especial, veraniego, “Plaza-Baños”.
Tenían “cobradores” que recaudaban el valor del pasaje y entregaban boletos. También “animaban” a los pasajeros para aprovechar los espacios. “Córrase por el pasillo” y “A la puerta los que bajan”, eran las voces más comunes. Y disponían de controles que marcaban el tiempo en una tarjeta: había uno en Condell con Prat y otro en Avenida Argentina con Latorre, de los que recuerdo.
Con la llegada de la Empresa de Transportes Colectivos del Estado, “ETC”, arribó una flota de buses. Los primeros, unos Fiat “OM”. Luego los “Pegaso” y los
“Mitsubishi”, enormes, largos, poderosos. Y nacieron nuevos recorridos, que ampliaron su cobertura a la creciente ciudad.
En la década del 60 aparecieron lasbprimeras liebres. Eran unos vehículos muy pequeños, que solo llevaban pasajeros sentados, aunque por un valor un tanto más alto. Se pagaba la comodidad de viajar rápido y sentado. Pero eso fue desapareciendo con el tiempo. En la década del 70, la ETC cerró su operación y algunos particulares adquirieron los buses, para dar forma a otras líneas. Las últimas “micros” recorrieron las calles hacia fines de los 80. Ya entrada la década del 90, los recorridos estaban cubiertos solo por taxibuses. Y se habían hecho comunes los taxis colectivos. Las calles de la ciudad se veían atiborradas de vehículos…
Era –quizás- el comienzo de esta debacle de hoy, con tacos, autos sobre las veredas, boulevares, infracciones selectivas y otras… ¿minucias?
Hasta que aparecieron los vehículos motorizados, que la comunidad antofagastina conoció como “góndolas” y que comenzaron a cubrir diversos recorridos, habilitando con ellos, las primeras poblaciones de la ciudad. Recordados en la década del 50 eran “Lautaro por Iquique”, que llegaba hasta el entonces Club Hípico y los Baños Municipales, “Caracoles-Prat-Hospital”, que llegaba desde la población Oriente a la Favorecedora y uno especial, veraniego, “Plaza-Baños”.
Tenían “cobradores” que recaudaban el valor del pasaje y entregaban boletos. También “animaban” a los pasajeros para aprovechar los espacios. “Córrase por el pasillo” y “A la puerta los que bajan”, eran las voces más comunes. Y disponían de controles que marcaban el tiempo en una tarjeta: había uno en Condell con Prat y otro en Avenida Argentina con Latorre, de los que recuerdo.
Con la llegada de la Empresa de Transportes Colectivos del Estado, “ETC”, arribó una flota de buses. Los primeros, unos Fiat “OM”. Luego los “Pegaso” y los
“Mitsubishi”, enormes, largos, poderosos. Y nacieron nuevos recorridos, que ampliaron su cobertura a la creciente ciudad.
En la década del 60 aparecieron lasbprimeras liebres. Eran unos vehículos muy pequeños, que solo llevaban pasajeros sentados, aunque por un valor un tanto más alto. Se pagaba la comodidad de viajar rápido y sentado. Pero eso fue desapareciendo con el tiempo. En la década del 70, la ETC cerró su operación y algunos particulares adquirieron los buses, para dar forma a otras líneas. Las últimas “micros” recorrieron las calles hacia fines de los 80. Ya entrada la década del 90, los recorridos estaban cubiertos solo por taxibuses. Y se habían hecho comunes los taxis colectivos. Las calles de la ciudad se veían atiborradas de vehículos…
Era –quizás- el comienzo de esta debacle de hoy, con tacos, autos sobre las veredas, boulevares, infracciones selectivas y otras… ¿minucias?
2 comentarios:
Gracias por hacerme recordar mi niñez y juventud. saludos al autor.buen foto. parece que es prat o latorre.
Mario Alcides Pepeira.
La Empresa de Transportes Colectivos del Estado fue una gran empresa de transporte público que era bueno y barato, que prestaba servicio al pueblo de Chile en sus principales ciudades. Bellos buses y un gran servicio, que se fue al tacho de la basura cuando Pinochet lo privatizó al igual que tantas cosas. Obvio para beneficiar los sucios negocios de los poderosos y de la Derecha.
Todavía se pueden ver por ahí algunos buses Mercedes Benz circulando, después de casi 40 años.
Da nostalgia, pero da más rabia.
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