5 de julio de 2011

AUTORIDADES CULTURALES AUSENTES

Por Víctor Bórquez Núñez

El siempre oportuno Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término de autoridad como poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho, potestad, facultad y legitimidad. Dice que la autoridad tiene el prestigio y crédito que se reconoce en una persona o institución (que representa) por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia.

Lo anterior, debido a que una vez más hemos constatado que quienes son nuestras autoridades en materias culturales, permanecen ausentes en aquellas oportunidades en que debieran estar, por cuanto su cargo y presencia deberían constituir un acicate para quienes tratamos de aportar en algo a la cultura de esta ciudad.

Con motivo de la presentación oficial de mi novena obra literaria, efectuada en el salón de eventos de la Universidad de Antofagasta, un grupo de amigos y adherentes a los temas culturales llenaron el inmenso salón de esa Casa de Estudios Superiores. Había jóvenes, estudiantes en su mayor parte, mezclados con figuras del quehacer artístico local, donde hubo pintores, músicos, actores y un gran número de simpatizantes de este tipo de actividades… pero no hubo una sola autoridad local del ámbito denominado cultural.

¿Dónde estaban? ¿Hacía demasiado frío para que se dieran la molestia de
estar presentes en un acto que, además, estaba enmarcado en los 30 años de existencia de la UA como entidad universitaria?

Me llama la atención porque, más allá de su presencia –que debiera ser obligatoria en tanto detentan un cargo que debiera ser asumido precisamente para apoyar manifestaciones de esfuerzo como éstas- esta ausencia se hace más notoria cuando uno espera compartir con ellas el fruto del trabajo desplegado, sin otro norte más que aportar al acervo cultural de Antofagasta, esta ciudad a la que queremos de manera entrañable, pero que nos duele cuando esta ausencia se hace una práctica cada vez más constante.

Esto me recuerda lo que sucede en otros ámbitos, cuando ciertas autoridades solamente aparecen para las fotos de rigor o cuando viajan desde la capital en los instantes precisos en que solamente es menester dejarse ver para captar algunos votos. Es un tema recurrente, lo sé, pero igual me parece preocupante que ciertas prácticas se sigan sucediendo.

No nos quita el sueño. Ni el ánimo de seguir adelante en nuestras empresas culturales. Pero es menester decir que una explicación medianamente coherente no estaría de más.

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