6 de abril de 2011

ANÓNIMOS, BENDITOS ANÓNIMOS

Por Víctor Bórquez Núñez

Antofagasta cuenta con una historia peculiar en materia de “personajes”. Algunos van y vienen dando de qué hablar de manera penosa por las calles, dejando en evidencia más su soledad que sus ansias de figuración. Otros, son tranquilos y entusiastas, participan en cuanta actividad sucede en la Perla del Norte.
Alguna vez fue “La Colegiala”, aquella viejecita adorable que en mis tiempos de infancia era un espectáculo casi surrealista, mostrando sus arrugas y su mente extraviada, vestida como las liceanas de entonces. Recuerdo que era un espectáculo extraño y patético encontrarse con esta señora cuyas rodillas y muslos fláccidos se dejaban ver con un jumper estilo colegial.
También estuvo el “Car’e muela”, presente en cuanto evento pudiese realizarse y que tan pronto podía estar presente en un cambio de mando presidencial como en la parada militar. Siempre estaba en el círculo mediático y a su manera, fue un personaje del jet set anónimo que nuestra ciudad tuvo el privilegio de ostentar.
Nos quedaríamos cortos de espacio tratando de enumerar, someramente, a quienes caen en esta nómina de “imperdibles”!
Manuel Palma es uno de estos personajes.
Si usted organiza un lanzamiento de libros o una tertulia poética, ahí está Manolito
tomando apuntes. Se destaca porque es un auténtico caballero, discreto, sin molestar a nadie, siempre escribiendo en un cuaderno, bitácora maravillosa que debe ser como su Biblia personal de recuerdos y de anécdotas. Si se organiza una jornada de reflexión en torno a la palabra o a los orígenes del cosmos, seguramente el primero en rondar el lugar será Manolito, con su habitual sonrisa y su sabiduría de quien nada tiene que envidiar nada o como decía mi santa abuela, livianito de sangre.
Por esto mismo, es un gusto que su figura esté nada menos que en la Casa de la Cultura. Se le ha hecho justicia. Se le ha rendido el merecido homenaje que hace años le estábamos debiendo. Porque a fin de cuentas su fidelidad hacia las actividades culturales es transversal: él no hace distingos, no prefiere a nadie en particular. Solamente disfruta, con la simple y maravillosa bondad del anónimo famoso, de los espectáculos que delante de sus ojos surgen y que van a rematar en ese cuaderno que encierra su vida y sus misterios.

Nota de la redacción: El nombre correcto es José Palma Bustamante. 

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