1 de octubre de 2010

Playa "Las Petroleras" (Por Jaime N. Alvarado Gracía)

Una batería de estanques para el almacenaje de combustible, montados en la década del 50, generó –al parecer- el cambio de nombre a la recordada “Caleta El Cobre”, ubicada a un par de kilómetros de la Plaza Colón, en el litoral norte de la ciudad. Hoy se le conoce como “Las Petroleras”, asociando aquellos depósitos de combustible, aledaños con el lugarejo donde hubo un par de varaderos, en los que se reemplazaba el planchaje de cobre de los lanchones y otras embarcaciones que no tenían cabida en el varadero del Ferrocarril.
     En esa “Caleta El Cobre” se asentaron las primeras plantas pesqueras.  “Zlatar” y “CIPA” (Compañía Industrial Pesquera Antofagasta, de los íberos Alsina y Pita) precursores –talvez- de lo que después fue la “Guanaye”. Desmantelados los varaderos, solo quedaron los tramos sumergidos de algunos rieles. En la playa, restos
de clavos y tachuelas de cobre, trozos de planchas del mismo metal, la base de un par de fraguas. Por esa razón se le conoció con ese nombre, porque era dable hallar restos del metal rojo esparcidos por doquier. (¡En esos tiempos no había “chatarreros”!).
     Por esa playa corrían los tendidos de cañerías que –años más tarde- servirían para descargar la pesca mediante un sistema hidráulico llamado “yoma”: Se inyectaba agua de mar a la bodega de las goletas -repletas de pescados- y se bombeaba el fluido de pescados y agua hacia las plantas pesqueras.
     Refugio y punto de recalada de muchos pescadores artesanales, la caleta “El Cobre” fue como una escuela para quienes más tarde obtuvieron su matrícula como tales. Fue un generoso lugar de pesca para aficionados: la sangre de los pescados que era bombeada desde las goletas pesqueras, motivaba la presencia de cardúmenes de anchoas, pejerreyes, jureles y bonitos. Y las capturas eran siempre fructíferas. Jureles, (“pavos”) de tres kilos o más. Anchoas y pejerreyes que el mar varaba para llenar canastos… De estos sólo quedan los recuerdos.
     Es sabido que los estanques de almacenaje de combustible deberán ser erradicados de ese lugar, habrá que esperar que la comunidad restituya el nombre a esa caleta, eventualmente mal llamada “Las Petroleras”. Porque es más honroso y acorde con nuestra condición de “capital minera de Chile” que se vuelva a reconocer como “Caleta El Cobre”, metal por el que Antofagasta es conocida en el mundo entero.

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