13 de septiembre de 2010

"NOVELA Y CONCIENCIA NORTINA" Por Osvaldo Maya Cortés

Pronto  se cumplirán 36 años desde que Mario Bahamonde Silva escribió “El Derrumbe” (1974), novela aún  inédita.   Su base es autobiográfica: Marcelo Guevara Barrios,  protagonista y alter ego de Bahamonde,  reconstituye su vida, desde el instante  en que  Antofagasta  recibió las noticias del golpe de Estado de  1973.
    Guevara Barrios,  entonces rector del Liceo de Hombres,  recuerda: mañana de próxima primavera,  gorriones,  brisa;  hacia   el patio del establecimiento,  la rama de un viejo y seco pimiento.
    “Como rama en el aire”  con frágil movimiento, se sucedían  los días  en  la lejana  capital provincial.  Pero en  aquél, “Mientras realizábamos el consejo de profesores para evaluar eso de La Escuela Nacional Unificada, que a nadie convencía, comenzaron a golpear las noticias alarmantes desde
Santiago y todo se fue poniendo terrible.”
    La radio carraspeaba noticias  insólitas: ¡inminente bombardeo a La Moneda!   El Norte estaba inquieto.   El comentario de  media mañana fue: “Se tomaron la Intendencia. Todo el centro está lleno de gente, pero el sector de la plaza está acordonado: nadie puede pasar.”  Los  extremos de la ciudad vivían, por primera vez la  incomunicación.  Sólo trozos de informaciones    alarmistas  aliadas  con   “el temor y el miedo. Un zarpazo de lo desconocido o un grito en medio del desierto.”   Desde el hall del Liceo, “la gente se desbandaba; desconcertada, hacia sus casas.”
    Por  1980 en esta obra vi un Norte  y un país tan próximo a los hechos novelados que impresionaban con facilidad.  Conocí a varios de sus personajes;  los acompañé  en tramos de sus vidas.   Casi todos, ya  no están.  Mi apreciación actual  de ellos se dora con  recuerdos que  quisieran  depurarlo  todo.  Hoy, por sus nombres, podrían parecer distantes, pero eso es sólo una impresión.
    El tiempo transcurrió.  Nuevas generaciones procuran entender sus coordenadas vitales.   En esa búsqueda  “El Derrumbe” se revela como  obra única para la idiosincrasia nortina.  Por años pensé que  otros autores  llevarían  tan  lacerante   realidad   a la literatura.  Eso no  sucedió.  “El Derrumbe”,  aunque inédita, es obra de indiscutido valor para la literatura local.           

1 comentario:

Perro dijo...

La novela del silencio es la que falta, esa que, a pesar de tanta tragicomedia nortina, sigue latente con más rabia que proyecto, con más dispersión que coherencia, así son los tiempos, alguien ya se hará cargo más allá de un buen libro de ventas.