Escrita a punta de rock, alucinógenos y sexo, “Bomboclat” es la crónica de los excesos de una generación marcada por los excesos y la soledad. “Bomboclat” es una palabra que, según el contexto en que se usa, puede significar sorpresa, exaltación, enfado, desacuerdo o hasta un insulto. Este concepto, propio de la cultura jamaiquina, es el que emplea el joven escritor antofagastino Marcel Cheloi para dar forma a su primera novela, que tiene, tal como el concepto que le da título, diversas lecturas y significadas.
Antofagasta es también escenario de algunos de los pasajes de esta cruda novela, que tiene como protagonista a Baco, un joven nortino que, a sus 26 años, sigue estudiando en la universidad, en Viña del Mar. A punto de titularse de periodista, Baco siente que lo tiene
todo, pero al mismo tiempo no tiene nada. Vive solo en un departamento en Reñaca, financiado por el dinero que le envían sus padres y por lo que logra reunir por cuenta propia.
todo, pero al mismo tiempo no tiene nada. Vive solo en un departamento en Reñaca, financiado por el dinero que le envían sus padres y por lo que logra reunir por cuenta propia.
Sumido en una constante sensación de vacío y amparado por el fácil acceso a las más diversas drogas, Baco se refugia en una vida de accesos, que va matizando conuna aguda reflexión acerca de sus traumas, sus soledades y el profundo distanciamiento de la realidad que lo rodea.
Polémica, cruda y directa, “Bomboclat” es una novela que revela sin contemplaciones cómo vive y piensa una generación que no lidia con problemas externos, sino que con sus propios vacíos existenciales.
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